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TremmuLo = LiebeBestellen

Momentos que no pertenecen al tiempo

Cuando el dolor se camufla y cambia de nombre, puede confundirnos.
La locura no es tal y el atropello de nuestras emociones se convierte en un sinsentido continuo.
A veces cae del cielo un rocío que descompensa la ansiedad y la convierte en sonrisas y calma, rocío que parece desaparecer antes de rozar nuestra piel, siendo una ilusión.
Se trastocan los planes de la felicidad y parece ganar la batalla el nerviosismo.
Dolor que ya comienza a asomar las orejas y resulta ser algo más que dolor, algo más que locura continua. Trastorno trastornado.
Al final resultó ser que el comienzo no era más que el principio del final y que cuando diera el paso más grande sería un paso atrás, para que, de nuevo, pudiera comenzar a andar o incluso a correr, pero con pasos que parecen ser tan sutiles que, a veces, se confunden con el descanso o incluso con la quietud.
Duelen las horas y, en ocasiones, duelen los días. Parece que el tiempo también se atropella junto a las exigencias que son más que indignación, ya se han convertido en un aluvión de sensaciones que son capaces de demostrar que una sonrisa a tiempo es más importante que ciento cinco lágrimas sin recorrido y que tengan que abrirse paso a lo largo del rostro.
No es sufrimiento, sino desconsuelo.
Ya no queda otra que forjarse una vida a medida y está es la fase en la que termina la lucha para dar paso al desengrasarse del alma junto a la mano en el corazón para evitar equipajes de sinsabor.

2 comentarios

Maria -

(pero si te escondes, espero)

Te quiero.

María -

El desconsuelo nos enseña. A eso sumamos aquellas 'personas pomada'. Estoy a tu lado siempre que quieras ¿lo notas...?

(no te escondas)